El presidente de Boeing declara ante el Senado de EE.UU.
Dave Calhoun, presidente de Boeing ha comparecido ante el Senado de EE.UU. para hablar de los cambios que se están llevando a cabo en la compañía.
Dave Calhoun, presidente de Boeing, ha explicado a los miembros del Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado de EE.UU. los cambios que Boeing está llevando a cabo para mejorar la producción de sus aviones comerciales y garantizar la seguridad.
Calhoun comenzó su intervención disculpándose “personalmente, en nombre de todos en Boeing”, ante los familiares y amigos de las víctimas de los dos accidentes del Boeing 737 MAX, muchos de los cuales asistieron a la comparecencia. “Nada es más importante que la seguridad de las personas que suben a bordo de nuestros aviones. Cada día tratamos de honrar la memoria de los fallecidos a través de un firme compromiso con la seguridad y la calidad”. Les dijo.
Calhoun estuvo acompañado por el ingeniero Jefe de Boeing, Howard McKenzie.
Dirigiéndose ya a los miembros del subcomité, les explico que: “La seguridad aeroespacial se basa en un sólido sistema que abarca a toda la industria y que se basa en la autodivulgación, la responsabilidad y el aprendizaje continuo. Este escrutinio -someterse a las normas más estrictas- es fundamental para que la aviación comercial sea hoy el modo de transporte más seguro. Vengo de esta industria y sé muy bien que es una industria en la que simplemente debemos hacerlo bien, siempre”.
Recordó que en su época de presidente de GE Aircraft hubo un accidente debido a fallo catastrófico de uno de los motores de un DC-10 de United Airlines que dejó básicamente sin mandos de vuelo a la tripulación. “Aquel accidente provocó cambios radicales en los procesos de gestión de la seguridad de nuestro sector y contribuyó significativamente a la seguridad de los vuelos. A partir de esta experiencia, comprendo la gravedad del papel de Boeing en la defensa de la integridad de la seguridad aeroespacial en nuestra industria. Lamentamos profundamente el impacto que el accidente del vuelo 1282 de Alaska Airlines tuvo en el equipo de Alaska Airlines y en sus pasajeros, y estamos agradecidos a los pilotos y a la tripulación por aterrizar el avión de forma segura. Estamos agradecidos de que no hubiera víctimas mortales”.
Acto seguido explicó las diferentes medidas que han tomado para garantizar la calidad y seguridad de la producción y su colaboración con las diferentes autoridades aeronáuticas en las varias investigaciones que se están llevando a cabo; reconociendo que: “Nuestra cultura dista mucho de ser perfecta, pero estamos tomando medidas y haciendo progresos”.
En el posterior turno de preguntas por parte de los miembros del subcomité, estos quisieron saber repetidamente cuánto cobra, la cultura de seguridad de Boeing y por qué no dimitió inmediatamente en lugar de jubilarse a finales de año.
Como respuesta a estas y otras preguntas, Calhoun remarcó que: “Estoy orgulloso de todas las medidas que hemos tomado«. Sobre su salario, indicó que en 2023 es de 32,8 millones de dólares, un 45 por ciento más que los 22,6 millones de 2022.
Para el presidente de este subcomité, el senador Richard Blumenthal (ex fiscal federal y ex fiscal general del Estado) hay pruebas casi abrumadoras para que el Departamento de Justicia de EE.UU. emprenda acciones judiciales contra Boeing. También afirmó que: “Boeing tiene que dejar de pensar en los beneficios y empezar a pensar en la próxima generación”.
Aunque el Departamento de Justicia determinó en mayo que Boeing no había “diseñado, aplicado y ejecutado un programa de cumplimiento y ética como parte del cumplimiento de un acuerdo de enjuiciamiento diferido tras los accidentes mortales. Los fiscales del caso tienen hasta el 7 de julio para informar al juez federal encargado de su decisión al respecto.
Pocos días antes de esta comparecencia, desde Boeing comunicaron al Departamento de Justicia de EE.UU. que no había incumplido dicho acuerdo de enjuiciamiento diferido.
Aunque Calohun señaló antes de su comparecencia que: “Estoy aquí en aras de la transparencia y para asumir mi responsabilidad«, Howard McKenzie declaró ante el subcomité que no había problemas de seguridad por los cientos de anclajes mal apretados en algunos de los aviones 787. Según explicó, aunque las fijaciones se habían apretado por el lado equivocado, “un análisis inicial realizado por Boeing indicaba que eran seguras”.
El presidente del subcomité también anunció que había un nuevo denunciante de malas prácticas de Boeing, y que el investigador de control de calidad de Boeing en Renton, Sam Mohawk, había contado recientemente al panel que había sido testigo de la indiferencia sistemática hacia piezas potencialmente defectuosas o que carecían de la documentación requerida. Para Mohawk, “su trabajo de manipulación de piezas no conformes se hizo significativamente más complejo y exigente tras la reanudación de la producción del MAX en 2020”.
Sobre los denunciantes, Blumenthal señaló que tenían más de una docena, algunos de los cuales eran conocidos, pero que otros preferían mantener el anonimato, y animó a todo aquel que tuviese información relevante a comunicarla. Calhoun reconoció que habían tomado represalias contra empleados que habían planteado problemas de seguridad.
Según un informe del subcomité, Mohawk presentó una reclamación en junio ante la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional por ese motivo. Según Boeing, se enteraron de esta y otras reclamaciones un día antes de la presencia de Calhoun ante el subcomité y la estaban revisando.
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